¿Qué hacemos con la RAE? pregunta, respuesta, más el programa 7/2 del Seminario, más un texto de Paula Pérez Rodríguez en L/E/N/G/U/A/J/E/o n° 1, más el audio de una intervención en la conferencia “El género en castellano”.
una pregunta de Franca Maccioni y Javier Eduardo Martínez Ramacciotti
NAU -En el n°1 de L/E/N/G/U/A/J/E/o se preguntan “si el desfase con el tiempo presente de la poesía escrita en España no tendrá que ver con la pesadez de la RAE”. Asociamos esto con algunos debates que están teniendo lugar en Córdoba, nuestra ciudad, a propósito del próximo Congreso de la Lengua y en particular en torno al “lenguaje inclusivo”, y nos preguntamos ¿qué hacer con esos pesos pesados de las instituciones? ¿cómo pensar la relación con ellas?
EURACAS – Pensamos que esos pesos pesados han llegado ahí porque celebran alegremente un cierto modelo epistemológico de un poder no distribuido e impuesto desde arriba (así lo muestra la historia de la institución). Llamarlo modelo epistemológico es casi un favor: si están ahí es porque su escritura o sus estudios lingüísticos y/o filológicos no suponen ni un mínimo temblor a algo que podríamos llamar poder occidental capitalista colonial heteropatriarcal racista, o a un sentido común tal; perpetúan un lenguaje y unas normas que conniven con, y producen, este poder y esta realidad. La función de la RAE siempre fue evitar estos temblores, y si bien en los últimos años amplió su rango de normatividades y cambió su lema de dar brillo y esplendor por otro más soft, la función de la institución como tal es contener el potencial subversivo de la lengua o, a lo sumo, convertirlo en una especie de colección de fetiches de variación zoopolítica (la técnica más en consonancia con la abundancia capitalista).
Hoy en día, el problema de la RAE es un problema de capital económico y de hegemonía. Hay muchas esferas de la cultura que no pasan por sus filtros hoy ya, en realidad. Nosotrxs nos encontramos, nos vemos, nos leemos en la red, nos escuchamos. No sólo el pequeño reducto subversivo de post-universitarixs que nosotrxs podamos ser da la espalda a la RAE, sino que un montón de gente que no ha tenido ya que sufrir el estudio de la Gramática Normativa, pasa de ellxs. Gente fuera de la uni. Al fin y al cabo, les ven solo como unos señores. Creemos que antes no era tan así, pero todo ha ido mutando desde los tiempos en que Euraca comenzó.
La poesía está rezagada precisamente porque se nutre del mismo vampirismo normativo-estatal que la RAE: una herencia cultural que es una especie de pacto de herencia económica, más que ningún compromiso con ningún tipo de ética o verdad. Lo mismo hacen buena parte de lxs beneficiarixs del sistema universitario estatal. Por suerte, en muchas otras artes, y en artes que no cristalizan en obra (de las que internet está plagado) esto no funciona así.
Vale: es una realidad el tipo de ciudadanx que lleva la app de la RAE en el móvil y te dice que una palabra existe o no existe, pero también es una realidad la que tuitea y dice que se la suda la ortografía. Entonces, hay muchos hilos de los que tirar para proponer otras formas de organizar el lenguaje y de hacerlo inclusivo. La inclusividad no la detentan los expertos que piensan y analizan el lenguaje inclusivo. La inclusividad es participar, y no por elecciones y votos, sino por uso, en este caso de la lengua. La institución tiene que ser un dispositivo que facilite la salida del pasado prescriptivo y colonial, y la entrada de nosotrxs a lo que parcialmente se paga con nuestros impuestos. Es un poco como Preciado dice que hay que hacer con el Museo: podríamos hacer una AE (sin la R) o una ALS (de las lenguas) que descolonizara los repertorios lingüísticos y sus usos, pero a nosotrxs no nos han invitado. De momento son Darío Villanueva y otros parecidos a él los que tienen el poder, y desde ahí nos queda poco margen; baste para hacerte una idea que, sobre el tema del género gramatical que mencionas, Villanueva sigue diciendo que la gente “confunde la gramática con el machismo”, entre otras linduras. La RAE nunca ha tenido una directora. Darío Villanueva y sus amigos reducen las tensiones políticas de la gente con la RAE a un asunto del diccionario. El diccionario no es más que un género y/o formato de libro, con sus convenciones, lo cual hace un poco ridícula la manera que esta gente tiene de pensar su trabajo. Y eso que Darío Villanueva es un señor que, se supone, ha estudiado a fondo a Valle-Inclán, es decir, un escritor de tendencias bastante antinormativas y como mínimo multijergal. Si estos Señores pensaran su trabajo desde la democracia (la democracia no como el Estado con el que se comprometen, sino la noción filosófica; o una mínima igualdad, vaya), como dicen pensarlo, se darían cuenta de que detrás de una petición de eliminación o inclusión de palabras en el diccionario (cuando se reduce a eso) hay muchísimo más. Cualquierx historiadorx de la lengua honestx lo sabe. Nosotrxs haríamos cosas mejores con las partidas estatales y patrocinios (poquitos según ellos, pero a nuestros ojos elevadísimos) que recibe la RAE.
La relación con la institución, entonces, idealmente sería de usurpación: les estamos diciendo que creemos que haríamos su trabajo mejor que ellos. Ya pasa un poco en los museos de bellas artes, ¿Cuándo unx directorx de la RAE que cambie el rumbo y se dé cuenta? Nosotrxs necesitamos trabajo y ellxs necesitan dejar la R a un lado y dejar un poco de dinero para abordar una reconstrucción crítica. Que entre cierta incoherencia en la Academia es realmente lo único que puede salvarla. Otra opción sería la disolución de la RAE, pues costaría un trabajo pesadísimo rehacer el panorama desde ahí adentro, con todas las jerarquías y prácticas que ha debido de producir la historia de opresión que tiene.
Es una cuestión difícil, lenta, macropolítica. La RAE tiene una posición fuerte para establecer unos patrones normativos de lo que debe hablarse y cómo debe hablarse. No son los legisladores del lenguaje pero la institución como tal les arroga cierto efecto de autoridad, que tiene éxito allí donde reina un sentido común que entiende que hay una manera correcta de hablar un idioma que desplaza a otras (quizá, hablando sociológicamente, tienen éxito en ciertas clases medias blancas de ciertas regiones de España). Luego, en otros lugares, hay hablantes que hacen su idioma al margen de lo que esta institución diga y legisle. En principio, concretamente en la Academia española, habría que infiltrar otras maneras y otras hablas, un poco de variedad, vaya, y menos señores. Sobre todo menos señores. Los pesos pesados, como realmente les queda poco para jubilarse, con que se queden tranquilos mientras hacen el paso de testigo nos conformábamos. No nos asusta su poder, pero necesitamos capital y vías de circulación para que sus formas poderosas no aplasten a las otras.
Sería deseable que proliferaran otras instituciones con otra ideología lingüística.
Bonus track: 1 – todo lengua / patria pueblo tribu
programa y materiales del Seminario 7/2 mayo-junio 2016
Nada de lo que existe no es lengua, por lo tanto la lengua muta en la boca de cada quien que existe. Y está por ello la lengua todo el día cambiando, haciendo, inventando, campando y campeando a sus anchas. Hasta que llegan los dueños de la Institución de Sanción del Estándar, la RAE la Academia los Columnistas de El País, y dicen: eh eh, ¿qué hacéis, pero qué hacéis con la boca, que se os está yendo de madre y decís “Le dio a la sin lengua” en vez de decir “Le dio a la sinhueso”? ¿Pero qué os habéis creído que era la lengua? ¿Pero quiénes os habéis creído que sois vosotros?
SIETE/2. TODO LENGUA. MAY-JUN 016
Bonus track: 2 – Inestabilidad y agencia lingüística. Poesía, pueblo y opacidad
por Paula Pérez Rodríguez
una política de la lengua en conexión con la ciudadanía decimos ha de partir, necesariamente, del asilvestramiento de bocas y términos
–El asilvestramiento pasa también por decir asilvestramiento en lugar de una palabra más técnica.
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Bonus track: 3 – un audio de los tiempos en que Beyoncé aún no era feminista · de una acción directa glotopolítika euraka
por seminarioeuraca
Acción de escrache glotopolítico euraca a la conferencia “El género en castellano” proferida por el profesor Ignacio Martínez Roca a invitación del profesor Ignacio Bosque en el departamento de Lingüística de la UCM en alguna fecha de mayo de 2013. Audio grabado por las euracas participantes en 2013; retomado, editado y publicado en 2018.
Fundamentación de aquella acción directa: https://www.diagonalperiodico.net/blogs/vidasprecarias/norma-linguistica-e-ideologia.html
Dice el ponente: “los géneros no son simétricos”, “porque él no va contextualizado a nada”, “o sea que los dos géneros son asimétricos”,”el género por defecto es una tecnología mucho más acertada”, “lo que pasa que la lengua no tiene nada que ver con el género o con el sexo ni el comunismo ni nada, y los que digan que sí son de una ignorancia”, “no soy biólogo, no sé si las amebas tienen sexo o no tienen”, “persona no significa puerta, porque puerta es otra cosa, y persona no significa ni macho ni hembra, porque es así la palabra persona”, y “USTED REPRESENTA A UNA PARTE MINÚSCULA DE LA SOCIEDAD”