Desde septiembre de 2018 funciona en Villa Fiorito, provincia de Buenos Aires, el comedor gourmet, un espacio político, poético y sabroso.
por Fernanda Laguna
Cuando decimos COMEDOR GOURMET y nos reafirmamos en esta idea, muchas personas lo piensan como un hecho irónico o frívolo. Porque a las personas que viven en la marginalidad/pobreza no les está permitido ningún tipo de derroche. Comer para sobrevivir y vestirse con ropa donada que no tiene nada que ver con sus deseos y reafirmaciones culturales. Comprarse zapatillas está mal mientras que la clase media puede hacerlo aún pagándolas en 12 cuotas. Nuestro Comedor Gourmet es un comedor económico cuyo objetivo es lograr platos sabrozos que mezclen diversos sabores y condimentos. Plato principal y postre. Comen 50 niños y adultos sentados en una mesa decorada y luego servimos 35 recipientes que dejan las familias, que no comen allí, para comer en la casa. En total se les sirve a 200 personas. En el momento que se empezó a sentir la crisis en el 2016 empezaron a resurgir las ollas populares multiplicándose mes a mes. Hace dos meses surgió nuestro comedor llevado adelante por el grupo NI UNA MENOS FIORITO conformado por vecinas del barrio de Fiorito y docentes de Belleza y Felicidad. Nuestros platos se sirven decorados con perejil y morrón, etc, prestándosele especial atención a lo gustativo y lo visual. Porque para alguien que no tiene para comer el sabor vale y los platos también entran por los ojos.
Un pastel de papa con huevo y carne picada especial es un gesto político. El placer es un derecho de todos y todas.
Con lo que se gasta por vez podríamos, si no hiciéramos platos caseros con carne, etc, sumar varios kilos de un guiso igual a todos los guisos que se comen en el barrio hace años. Pero preferimos hacerlo así. Un pastel de papa con huevo y carne picada especial es un gesto político. El Comedor Gourmet no se resigna a servir una comida destinada a la supervivencia porque de alguna manera sabemos que la pobreza es estructural y no se resolverá, si no que probablemente empeore. Un pastel de papa es un hecho político porque iguala las clases sociales. Si la pobreza estructural no va a cambiar podemos deconstruir la idea del ser pobre, ya que ser pobre no es sólo no tener dinero.
Sabemos que lo más difícil es tener acceso a la plata por eso podemos realizar movimientos de integración a través de compartir costumbres y formar una interclase colaborativa nueva basada en las formas y la recuperación del placer. En los 2000 la clase media escuchaba cumbia y la misma clase media criticaba a los oyentes. Se les achacaba que cómo podían escucharla si no eran del medio villero. Pero ¿no fue ese acto “frívolo” el comienzo de una infinidad de proyectos sociales y culturales? Una porción de chocotorta decorada con chocolate es algo muy muy rico y hermoso. El placer es un derecho de todos y todas.
Fernanda Laguna nació en Buenos Aires, Argentina, en 1972. Es artista plástica, escritora y curadora. Desde 1999 a 2007 condujo la galería y la editorial de poesía Belleza y Felicidad. En 2003 abre la sucursal de Byf en el Barrio de Villa Fiorito (hasta la actualidad). Milita en los colectivos feministas Ni una menos y Ni una menos fiorito. Abrió varios espacios de arte como No hay cuchillos sin rosas (2003), Tu Rito (2010), Agatha Costure (2013) y el Universo (2017). Obtuvo las becas Kuitca y Foundation for Arts Initiatives. Participó de múltiples exposiciones individuales y colectivas. Su obra fue adquirida por el Museo de Arte Latinoamericano de Bs. As, Museo de arte Moderno de Bs As, Fundación Cisneros, Museo de Arte contemporáneo de Los Ángeles, Museo Pérez Miami y por la colección Guggenheim, entre otras. Publicó libros en Byf: Me encantaría que gustes de mí, 2006; Dame pelota,2009; Control o no control, 2012; Sueños y pesadillas (Editorial Mansalva,2016), La princesa de Mis Sueños (Editorial Ivan Rosado, 2018) y Los grandes proyectos (Página 12, 2018).