Cinco videos con cinco poemas de Una muñeca para tirar leídos por Mary Jo Bang, en traducción de Patricio Grinberg y Aníbal Cristobo. Edición de Luis Marecos.
A NUMBERED GRAPH THAT SHOWS HOW
EACH PART OF THE BODY WOULD FIT INTO A CHAIR
I was born awake and knowing and time keeps proving this:
men have reasons for breaking the rules. For me, thinking
has always been a logical process of if this, then that. I fit
into a chair. I sit in a room. I split in two—my body behaves
but my mind resists. It’s a simple truth that one can occupy
two places at one time while sitting in a chair—the same way
a poseable doll can be divided from her dress. It’s also true
that time will mesh us together. Until then, there’s another
city on the other side of this wall. A list listing reordered
details might read like this: light, glass, a metal stairway, one
woman sitting on the sill of a window, me in a chair. My feet
on the floor, face forward, arm bent, the very best of the
body tucked into place. But we are not dolls. We feel. We
make mistakes.
UN GRÁFICO NUMERADO QUE MUESTRA CÓMO
CADA PARTE DEL CUERPO ENCAJARÍA EN UNA SILLA
Nací despierta y consciente y el tiempo sigue demostrándolo:
los hombres tienen motivos para quebrar las reglas. Para
mí, el pensamiento ha sido siempre un proceso lógico de si
esto, entonces aquello. Me acomodo a una silla. Me siento
en una habitación. Me divido en dos partes —mi cuerpo
se comporta pero mi mente resiste. Es una verdad simple:
sentado en una silla uno puede ocupar dos sitios al mismo
tiempo —del mismo modo en que una muñeca articulada
puede separarse de su vestido. También es verdad que el
tiempo nos hará acoplarnos mejor. Hasta entonces, hay otra
ciudad al otro lado de este muro. Una lista enumerando
detalles reordenados podría quedar así: luz, vidrio, una
escalera de metal, una mujer sentada en el alféizar de una
ventana, yo en una silla. Mis pies en el suelo, la cara hacia
adelante, brazo torcido, el cuerpo encajado al máximo en ese
sitio. Pero no somos muñecas. Sentimos. Nos equivocamos.
PORTRAIT IN THE FORM OF EPHEMERA
Three items in an envelope. A photograph of two, four,
six, eight, nine boys boarding a bus. Not boys,
men. Dressed in the long wool coat of winter.
Something “based on the life of.” What can a
moment outlast? That question becomes a theory,
theorem, mechanism. Three boys, one girl, a tree
brushing back air off her forehead. Paper, six clean
sheets, a monogrammed envelope. An index. The
physical bias to existence becomes some wedge, the
inexact value of an empire of ether. Tick-tick. The
amphibian emerges from water, walks off stage. It’s
as if evolution is embodied in absence. Someone is
lying on her back. She turns over. Her breath is in
the air. Or in the idea of atmosphere.
RETRATO EN FORMA DE RECUERDOS
Tres ítems en un sobre. Una foto de dos, cuatro, seis,
ocho, nueve chicos subiendo al autobús. No chicos,
hombres. Vestidos con el abrigo largo de lana de invierno.
Algo “basado en la vida de”. ¿Cuánto puede durar un
momento? Esa pregunta se transforma en una teoría,
un teorema, un mecanismo. Tres chicos, una chica, un
árbol sacudiendo el aire que despeina su frente. Papel,
seis hojas en blanco, un sobre con monograma. Un
índice. La inclinación física por existir se convierte en
cuña, el valor inexacto de un imperio de éter. Tic-tac.
El anfibio sale del agua, se aleja del escenario. Es como
si la evolución estuviera representada por la ausencia.
Alguien se apoya en su espalda; ella se gira. Su aliento
está en el aire. O en la idea de atmósfera.
THE MIRROR
My hair is held back by a barrette, the tree
in the background is green. Out of sight,
birds talking on the right, to the far left and
almost too far off to be heard, a dialogue
between two men. I wish I could break in
two and be formless, one half listening in,
one half thinking about nothing but the fact
that the nape of my neck is too warm. The
express train flashes past, followed by a
crashing silence. I’ve rejected the milk-mild
smile. It’s married to the risk of fossilization.
Granite with blood in its veins is still granite.
On the bark of the pine behind me, a single
cicada is glittering. That world is an island
where it is always morning and the cool
breeze is always invigorating. You can tell
by my hair, how it’s blown back. You can
tell by the light. It’s there and not going
anywhere. There is no moment that isn’t all
spectacle. The theatrical silence is the sun.
The gray stage is winter. The circle is pure
dilation: the shock mouth of me looking back
at an avalanche of broken glass.
EL ESPEJO
Mi pelo sujetado con una hebilla, el árbol al
fondo es verde. Fuera del campo visual, pájaros
conversan a la derecha, lejos a la izquierda y casi
demasiado lejos como para ser oído, un diálogo
entre dos hombres. Ojalá pudiera partirme en
dos y no tener forma, una mitad escuchando,
la otra pensando únicamente en que mi nuca
está demasiado caliente. El tren expreso pasa
velozmente, seguido de un silencio absoluto.
He rechazado la sonrisa cremosa. Está unida al
riesgo de fosilización. El granito con sangre en
las venas sigue siendo granito. Detrás de mí, en
la corteza del pino, brilla una sola cigarra. Ese
mundo es una isla donde siempre es de mañana
y la brisa fresca siempre es estimulante. Puedes
darte cuenta por mi pelo, por su desorden sobre
mi espalda. Puedes darte cuenta por la luz. Está
allí y no se va a ningún sitio. No hay ningún
momento que no sea un espectáculo completo.
El silencio teatral es el sol. El escenario gris es el
invierno. El círculo es pura expansión: mi boca
en shock al mirar hacia atrás una avalancha de
cristales rotos.
ADMISSION
My mother was glamorous in a way I knew I
never would be. Velvet belt buckle. Mascara
lash. Miniature crimson lipstick alive in the pocket
of a purse. Her bow mouth was forever being
twinned to a tissue. I never would wear that
black windowpane see-through blouse,
mother-ofpearl buttons tracing the path down her spine.
Every woman was her rival. You could say,
seriousness made me impossible, exactly the
same way beauty made her. I understand men.
Some like to have one woman in their arms,
while a second one stands on a half-shell, both
continuously shifting between being and being
seen. Even as a child, I understood there were
erotic fishhooks that one couldn’t see. I learned
to use a camera to see what I could be.
ADMISIÓN
Mi madre era sofisticada de una forma en la que
yo sabía que nunca lo sería. Hebilla del cinturón
de terciopelo. Rímel. Lápiz de labio carmesí en
miniatura viviendo en el bolsillo de su bolso. La
curva de su boca entrelazándose para siempre
a un pañuelo. Yo nunca usaría esa blusa negra
transparente, botones de nácar dibujando el
camino descendente de su columna. Toda mujer era
su rival. Podrías decir, la solemnidad me convirtió
en alguien insoportable, exactamente de la misma
forma en que la belleza lo hizo con ella. Entiendo
a los hombres. Algunos quieren tener a una mujer
entre sus brazos mientras otra permanece de pie
en una concha, ambas continuamente pasando de
ser a ser vistas. Incluso cuando era una niña, sabía
que había anzuelos eróticos que no se podían ver.
Aprendí a usar una cámara para ver aquello que yo
podría ser
SELF-PORTRAIT IN THE BATHROOM MIRROR
Some days, everything is a machine, by which I mean
remove any outer covering, and you will most likely
find component parts: cogs and wheels that whirr just
like an artificial heart, a girl in a red cap redacting
the sky, fish that look like blimps and fish-like blimps,
an indifferent lighthouse that sweeps the horizon. I
wasn’t a child for long and after I wasn’t, I was
something else. I was this. And that. A blast furnace,
a steel maze inside, the low-level engine room of an
ocean liner. My eye repeats horizontally what I by
this time already know: there is no turning back to be
someone I might have been. Now there will only ever
be multiples of me
AUTORRETRATO EN EL ESPEJO DEL BAÑO
Hay días en que todo es una máquina, es decir,
quitas los envoltorios y casi seguro encontrarás
componentes: engranajes y ruedas que chirrían como
un corazón artificial, una chica con una gorra roja
borrando el cielo, un pez que parece un dirigible y
dirigibles con forma de pez, un faro indiferente que
barre el horizonte. Durante mucho tiempo no fui una
niña, y después no lo fui, fui alguna otra cosa. Fui esto.
Y eso. Un horno que explota; un laberinto de acero en
el interior, el cuarto de máquinas de un trasatlántico.
Mi ojo repite horizontalmente lo que para entonces ya
sé: no hay forma de volver a ser la que podría haber
sido. Ahora sólo habrá múltiplos de mí.
NOTAS
TÍTULO: Una muñeca para tirar: Bauhaus Wurfpuppe (muñeca arrojadiza o muñeca para lanzar) de Alma Siedhoff-Buscher, era una muñeca flexible de hilo tejido con cabeza de madera redonda. La muñeca era resistente y suave y, siempre que fuera arrojada, aterrizaría con gracia. Se dice que un ventrílocuo “lanza” su voz dentro de la muñeca que descansa sobre sus rodillas.
EL ESPEJO: Fotograma número 1 — El espejo (Der Spiegel. Fotogram Nr. 1) László Moholy-Nagy, negativo 1922-1923; impresión circa 1928.
ADMISIÓN: Walter Gropius, “Manifiesto y programa de la Bauhaus” (1919): “cualquier persona de buena reputación, sin importar la edad o el sexo, cuya educación previa sea considerada por el Consejo de Maestros como adecuada, será admitida, en la medida en que el espacio lo permita”.
UN GRÁFICO NUMERADO QUE MUESTRA CÓMO CADA PARTE DEL CUERPO ENCAJARÍA EN UNA SILLA: Documentos variados relacionados con los diseñadores de Bauhaus, 1919–1984: Bauhaus Konvolut, Diseño para un asiento que acomoda a un hombre de 170 cm. de alto; Dibujo a lápiz que muestra con un gráfico numerado cómo cada parte del cuerpo encajaría en una silla.
RETRATO EN FORMA DE RECUERDO: Fotografía en blanco y negro de Alan Turing, en los peldaños del autobús, con miembros del Walton Athletic Club, 1946 (www.turing.org.uk). Articulo de Lucia Moholy, “El servicio de microfilms ASLIB: La historia de sus actividades en tiempos de guerra”, Journal of Documentation 2 (Diciembre de 1946): 148-51.
AUTORRETRATO EN EL ESPEJO DEL BAÑO: Copia en gelatina de plata, Ilse Gropius, circa 1926-27, Archivo Bauhaus Berlin.
NOTA DE LA AUTORA
Aunque este libro se basa en investigaciones históricas, se trata de una ficción poética. Los nombres, personajes, lugares, hechos e incidentes que no se encuentran mencionados en la sección de Notas son producto de la imaginación de la autora —o bien están utilizados en forma ficcional. Cualquier parecido con personas reales, vivas o
muertas, o con hechos reales, son pura coincidencia.
“Cuando me designo como la Representante del poema—esto no quiere decir —yo—sino una persona hipotética”. — Emily Dickinson (en una carta a Thomas Wentworth Higginson, fechada en Julio, 1862).
Mary Jo Bang nació en Missouri, Estados Unidos, en 1946. Es autora de numerosos libros de poesía, entre los que destacan Apology for Want (1997), Louise in Love (2001), The Downstream Extremity of the Isle of Swans (2001), Elegy (2007), The Bride of E (2009) y The Last Two Seconds (2015). A lo largo de su carrera, Bang obtuvo diversos
premios, como el Katherine Bakeless Nason Prize, en 1997, y, por el libro Elegy, el National Book Critics Circle Award y el Alice Fay di Castagnola Award. En 2013, Kriller71 publicó El claroscuro del pingüino, una extensa antología bilingüe de su obra.