KRILLER71 EDICIONES ACABA DE PUBLICAR UNA MUÑECA PARA TIRAR, DE MARY JO BANG, LIBRO ESCRITO A PARTIR DE UNA INVESTIGACIÓN SOBRE LUCIA MOHOLY, FOTÓGRAFA DE LA BAUHAUS. Compartimos la nota que cierra el libro.
por Mary Jo Bang
Nació como Lucía Schulz en Checoslovaquia en el seno de una familia laica-judía de clase media-alta en 1894. Hija de un arquitecto, estudió historia del arte en la Universidad de Praga. Hablaba cuatro idiomas con fluidez y tenía experiencia en revelado fotográfico. Estaba trabajando en una librería en Hamburgo cuando, en una visita a Berlín en 1920, le presentaron a László Moholy-Nagy —un pintor constructivista húngaro que también había hecho algunas esculturas y algunas obras en papel. Ella lo introdujo en la fotografía. Cuando él empezó a enseñar en la Bauhaus en 1923, Lucia se sumó como participante en su taller de fotografía. Walter Gropius le pidió que documentara los edificios recientemente construidos en Dessau y los resultados del taller. Gropius dijo que no podía pagarle, pero que ella se quedaría con los derechos de las imágenes, así como los honorarios para futuras reproducciones.
Ella y Moholy-Nagy abandonaron la Bauhaus juntos en 1926 y se separaron en 1929. En 1933, el mismo día que Theodor Neubauer, diputado del Partido Comunista en el Reichstag, fuera arrestado en su departamento, Lucia abandonó Alemania, dejando sus negativos al cuidado de Moholy-Nagy. Éste se los entregaría a Gropius para su custodia al dejar Alemania. Lucia Moholy viajó primero a Francia y después a Inglaterra, donde se esforzó en conseguir la libertad de Neubauer. Finalmente, abrió un estudio, trabajó como fotógrafa de retratos, y desarrolló sus ideas sobre el retrato en su libro, A Hundred Years of Photography, 1839–1939 (Londres: Penguin Books, Ltd., 1939). Su estudio fue bombardeado por los aliados en 1945, el mismo año en que Neubauer fue guillotinado en la prisión de Brandenburgo.*
Los años de guerra restantes los pasó desarrollando tareas de microfilmado conectadas a los servicios de inteligencia británicos en Bletchley Park. Moholy-Nagy, que enseñaba en la recién inaugurada escuela Bauhaus en Chicago, le ofreció un trabajo como profesora de fotografía si podía obtener una visa; sin embargo, sus innumerables solicitudes fueron rechazadas. Después de la guerra comenzó a leer las monografías de la Bauhaus que se habían publicado en los Estados Unidos. Notó que Gropius había usado varias veces sus imágenes sin darle crédito para imponer su propio nombre y el de la Bauhaus en Estados Unidos. Hay cartas que ella le envió a Gropius durante la guerra en las que le pregunta si sabía dónde podía encontrar sus negativos, ya que había sido invitada a dar conferencias en Londres sobre la Bauhaus pero no podía hacerlo sin las imágenes. Él le respondió sugiriéndole que reprodujera imágenes de los ejemplares de las viejas revistas. Hay cartas enviadas a los abogados después de la guerra, preguntando si podría ser compensada por el uso de los negativos. Hay cartas en las que ella le rogó a Gropius que le devolviera los negativos. En su respuesta, él le dijo que los necesitaba, e insistió en que ella le había dado los negativos cuando “eligió” irse de Berlín. Hay copias que en el reverso tienen su nombre estampado y tachado y reemplazado por el de Gropius. Las cartas se encuentran en los archivos de la Bauhaus en Berlín y en los archivos de Gropius en Harvard.
Finalmente, Gropius le devolvió, en un paquete de mala calidad y con importantes pérdidas, cerca de la mitad de sus negativos en vidrio. A fines de la década de 1950, fue contratada para instalar un archivo fotográfico y un laboratorio en Turquía. Finalmente, se mudó a Suiza, donde trabajó en una editorial especializada en crítica de arte y educación artística. En 1983, publicó un artículo titulado “Los negativos que faltan” en el British Journal of Photography, que documenta la historia del uso de sus negativos sin créditos —un esfuerzo final para cerrar la brecha entre el trabajo que había hecho y su propiedad. Pasó el resto de su vida exhibiendo su trabajo y esforzándose en corregir las inexactitudes históricas en libros y artículos sobre el trabajo inicial de Moholy-Nagy, muchos de los cuales habían sido realizados por los dos juntos en el cuarto oscuro. Murió en 1989 a la edad de 95 años, sobreviviendo a la mayoría de los otros directores de la escuela y al movimiento Bauhaus. Estos poemas no tratan sobre ella, pero fueron escritos por alguien que sabía de ella.
* Neubauer estuvo en el campo de concentración de Buchenwald desde 1933 hasta 1939; murió en la prisión de Brandeburgo el 5 de febrero de 1945.